viernes, 17 de octubre de 2008

De pequeños sustos cotidianos


Ayer tuve curso de preparación al parto.
Está siendo una experiencia muy bonita y curiosa a la vez para desterrar mitos y viejos temores quizá fundados, no lo sé. (Ya lo contaré)
Nos juntamos un montón de mamás con un bombo considerable. A mí me parece entrañable ver entrar en la clase a un ejército de barrigas y mujeres tambaleantes, seguidas de maridos o parejas babeantes tras su mujer, todos, ellos y ellas, sumidos en una especie de nebulosa tontaina y emocionada ante la posibilidad de que, en unas semanas, llegue a su recién formada familia, una pequeña criatura en la que volcar toneladas de cariño.
En la clase se respira una especie de normalidad feliz.
Tener un hijo es lo más normal del mundo, pero también es tan ilusionante que uno no lo vive como cualquier otra buena noticia. No.
Cuando estábamos a mitad de la clase, llegó una chiquilla de unos veintipocos años, muy linda y muy hippie. Sus pantalones campana, su camiseta gris, y un bombo que pedía a gritos terminar aquello cuanto antes.
Al final de la clase, levantó la mano para hacer una pregunta. Resulta que su médico quería provocarle el parto, pero no le había dicho que hubiera ningún problema para tener que hacerlo, en vez de dejar a la criatura seguir su curso natural.
El ginecólogo que impartía la clase, probablemente para no pillarse los dedos, intentó disculpar al médico, pero no fue nada claro.
Lo cierto es que todos captamos que el médico quería provocarle el parto simple y llanamente porque le venía bien quitarse ese parto de en medio, ya que según ella no había ninguna anomalía ni ninguna dificultad que lo recomendaran.
La chiquilla decía que el médico le había programado dar a luz pasado mañana, domingo. Y lo cierto es que comenzó a darme pena cuando me di cuenta de su voz quebrada y temblorosa:
"Por favor, doctor, dígame que no pasa nada si me provocan el parto, que no le pasará nada al bebé, ni va a sufrir. Por favor, ayúdeme, porque el domingo doy a luz".
El médico seguía sin querer "mojarse". Qué manía, qué asco de corporativismo, por favor. Entiendo que puedan faltar datos, pero siempre se puede ser más claro.
"Tienes que confiar en tu doctor, si no confías en él, no se puede trabajar. No sé si es bueno o malo que te lo provoquen, no sé nada, me faltan datos".
La criatura se fue de allí con un susto en el cuerpo de campeonato. ¿Si el bebé está bien, por qué no dejar que la naturaleza haga su trabajo?
Es cierto que a mí también me faltan datos.
Pero compadecí profundamente a aquella chica. 9 meses después de sentir a tu hijo moviéndose en tus entrañas, le notas tan indefenso y tan pequeño, que harías lo que fuera porque estuviera bien.
Cosas que pasan.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que post tan tierno! Ya veras como todo va genial cuando llegue el momento.
Respecto a lo que cuentas de esa chica, lo siento x ella. Me ha recordado que muchas veces en la vida buscamos a alguien que nos ayude, que nos de soluciones, que se moje, y no siempre encontramos a personas asi. Supongo que cada uno hace lo que puede.
Saludos

Carolina dijo...

Hola¡¡

Muchisimas gracias por tu comentario, em encantó. Ahora que ya nos conocemos, felicitarte por ese bebe que esperas,seguro que será un bebe precioso y sano...yo desde aquí estoy deseando verlo.

Mil besotes.

Andrés Cárdenas M. dijo...

Hablaste con ella? Hay tanta gente que necesita hablar, tenemos que buscar a la gente! Y si sale algo mal? Es una vida la que está en juego. Que grande debe ser la experiencia de ser madre, por eso solo les fue reservada a las mujeres. Espero que se quieran mucho con tu esposo, y estoy seguro que tu hijo va a tener "toneladas de cariño". Felicidades.

Luis y Mª Jesús dijo...

La verdad es que es una pena que se provoquen partos porque es más cómodo. Puede haber muchas razones que lo justifiquen pero la comodidad no es suficiente.
Tu no vas a tener ningún problema.
Perdonamé si te he asustado con mi post. Mis partos han sido siempre muy complicados (esta visto que no aprendo) y en este caso -el mío- fue, en gran medida, un error médico. El ginecólogo era muy mayor (después ya no atendió mas partos) y no fue capaz de reaccionar a tiempo. Hubo que llamar a otro ginecólogo que se trasladó desde su casa y todo el tiempo que se perdió fue fatal. La culpa la tuve yo que insistí en que me atendiera él. No quise darle trascendencia médica entonces porque errores los tenemos todos, al menos yo varios al día.
En las clínicas grandes los problemas se atienden rápido, las madres están monitorizadas constantemente y no pasan estas cosas. Los últimos 5 partos los he tenido es la Seguridad Social porque hay más medios. Yo antes no tenía Seguridad Social
Anda, cuéntame a que clase va, tengo 5 en discípulas.
Un beso y NOTE PONGAS MUY NERVIOSA EN EL PARTO TODO VA A SALIR MUY BIEN

Luis y Mª Jesús dijo...

Tu prima Camino va con Miguel, en que nació el día de Santa Teresa; es, según palabras de Miguel, maja y estudiosa, todo un piropo viniendo de él, para el que casi todas las chicas son tontas.
Precisamente lo de no ponerte nerviosa es por eso, duele mucho menos si estás tranquila y además los nervios pueden fastidiar el parto y terminar en cesárea. El parto de mi hija Isabel estuvo a punto de terminar en cesárea pero logré que se tranquilizara y consiguió bajarlo y en dos empujones ¡FUERA LA NIÑA!, es una maravilla.
Carmen (tiene una entrada el mes pasado con un cuchillo en la boca) nació dando guerra, de nalgas, pero fue un parto que no recuerdo casi nada doloroso. Era la cuarta y el anterior había pesado 4,650kg. Carmen venía totalmente de nalgas y con vuelta de cordón, pero como era más pequeñita (3,600kgr), el médico no sabía si hacer cesárea o no, así que me preguntaba que hacíamos y me advertía de los peligros que entrañaba un parto normal. No hubo necesidad de hacer cesárea, pero yo estaba tan preocupada porque la niña naciera bien que el dolor pasó a segundo término, fue un parto largo pero muy muy bueno. Intentaba recordar que la matrona de prepación al parto nos decía que las vacas parían igual pero como no razonaban y no tenían miedo ni se ponían nerviosas todo estaba más relajado y el parto era más fácil. Pensaba voy a dominarme y a relajar.
Con los tres primeros no pude ir a preparación y realmente me sirvió mucho para el parto de Carmen, pero en cuanto a los cuidados de los niños no te asustes con lo que dicen en la prepación, es mucho más fácil.
Un beso
María Jesús

maria jesus dijo...

Yo, según mi marido, no paría niños,los escupía y eran otros tiempos. Ahora, cuando veo los partos de mis hijas, me pasmo, por la cantidad de medios que hay y lo facil que es todo. Ya verás como todo sale fenomenal y rápido, y no te preocupes por la otra niña, aunque le provoquen el parto, será porque el niño ya estará a punto y no le pasará nada, no va a ser tan irresponsable el ginecologo de jugarsela por comodidad