lunes, 31 de agosto de 2009

El olor del comienzo

Huele a polvo de libros y cartones. Es el olor de mi trabajo nada más entrar, cuando todavía nadie ha llegado. La oficina lleva un mes cerrada y hay acumulación de periódicos, de cartas y de revistas a mi nombre por abrir.
Huele a comienzo y quizá a final. Pero este último olor es sólo percepción mía.
De todos es el olor de playa y de moreno, de pulseras nuevas de la playa, de salitre en la piel, de sol, de viejas amistades y de concentración de familia.
Este verano me he leído dos libros. Los dos, maravillosos, y los dos hablaban de olores cuando hacían una descripción. Y es que los olores, tan difíciles de explicar y de compartir, son fundamentales los momentos importantes, o también banales, de la vida.
"Helena o el mar del verano", era uno. El otro "Paraíso inhabitado". 
Gracias a ellos he disfrutado de la belleza de las palabras y he vuelto a reencontrarme con una parte de mí que permanecía adormilada entre tanto pañal, toallitas y jabones del curso pasado. Con el descanso han llegado los olores y se han reavivado mis sentidos. Estoy a tope, me siento llena. Seguro que María también lo ha notado. Por eso, quizá, ayer me dio el primer abrazo de su vida. Bien fuerte.

domingo, 30 de agosto de 2009

Vuelta a Santa Adela

"Cómo me gusta... ummmm... Cómo me gusta... ummm... Cómo me gusta vivir en Santa Adela"!!!!! Eso cantábamos ayer en el coche.
Ya estamos de vuelta en nuestro pequeño hogar madrileño.
Atrás hemos dejado las playas de Asturias y de Granada. La paz, el silencio, la vegetación que crece en armonía, que te rodea y se envuelve en un ambiente casero y acogedor.
Mañana empiezo a trabajar.
He estado leyendo algunos blogs. Cómo me admiran las personas que no han dejado de escribir, no como yo :-(
Pero es que en cuanto salgo de Madrid se me va la inspiración. Yo creo que se va con otro.
Este año será diferente. Y estoy contenta, aunque todo esté en el aire, y más que un hogar, tengamos un castillo. Pero la idea de cambiar bulle entre los pasillos de esta casa. Se cuela entre las rendijas y yo creo que estallará a través de la calefacción cuando la pongamos, dentro de un mes y pico. Es una sombra alegre que nos persigue. Alegre e indefinida. Pero ahí está.
Las cosas van a cambiar, y estamos contentos.