viernes, 27 de septiembre de 2013

El tag de la vuelta al cole



He visto en el blog de Adaldrida (http://osssssssea.blogspot.com.es) un Tag curioso y divertido. Nunca he hecho un Tag, y creo que éste es el segundo o tercer sorteo en el que participo en mi vida. Me he lanzado a probar suerte, sobre todo para estrujar mi cabeza y ver qué me sale. Quizá porque hace tanto tiempo que no escribo... (lo que me apetece), quizá porque siempre hay  una primera vez (para algunas cosas), quizá porque tengo este blog tan abandonado... (y me resisto a cerrarlo).
El Tag de la vuelta al Cole. ¿Quién más se anima?
Durante todas mis vacaciones de verano he estado en una casa que no es la mía, sino la de la familia de mi marido. Un chalecito a las afueras de una calurosa y bellísima ciudad del sur. Es decir, en el extremo contrario de nuestra lluviosa, verde y húmeda Asturias.
Romper la rutina con dos niñas pequeñas, muy pequeñas, tiene su aquél. Y si quien lo vive y lo sufre es una persona tan cuadriculada como yo, que me gusta controlarlo todo y que todo salga al menos como yo lo había planificado, siempre es un riesgo. Al final todo sale bien, las niñas disfrutan en cualquier sitio, y el cambio de aires, de actividades, y alejarse de las preocupaciones siempre da buen resultado. ¿Qué he echado de menos?
1. Los paseos de vuelta del Cole a casa con mis niñas. Unos momentos donde el cansancio se va apoderando de nosotros, los pasos se hacen cada vez más lentos y los zapatos se arrastran cada vez más.  Teresita suele ir gritando, con un tono más o menos irritante, pero mi querida María,mi dulce y reflexiva hija de 4 años, me va contando sus cosas. Sus preocupaciones, sus dudas, sus alegrías, sus confusiones. Cuando llegamos casa, huele a hogar. Ellas se quitan los zapatos y yo, dejo el bolso y saco fuerzas de no sé bien dónde. Quedan los baños y la cena. Queda jugar un ratito. Y todo eso tendrá algún momento de agotamiento en el que siento que perderé la cabeza y gritaré del tal forma que asustaría a Megan (la niña del exorcista).
2. Los bizcochos con forma de osito. El año pasado me dió por comprar moldes de silicona para bizcochos, y no podía faltar el osito. Hacer el bizcocho es un juego más que ellas se toman muy en serio. Después lo devorarán y la casa olerá a gloria durante toda la tarde.
3. Arreglarme para ir a trabajar. Es mi momento. Mejor incluso que el ratito de la noche, en el ordenador curioseando, aprendiendo y viajando por el mundo desde mi cama. Por las mañanas, muy temprano, me ducho y durante 5 minutos me maquillo. A pesar de que tengo mucho maquillaje, me gusta ir muy sencilla. Sin embargo, a mi manera, voy innovando, me invento mis cosas, me cuido un ratito donde estoy yo sola. Nadie más.
4. Viajar en autobús. Viajo de Gijón a Oviedo todos los días. Después de recorrer los metros y las calles de Madrid durante más de una década, tengo que decir que hoy soy una afortunada. Porque entre amaneceres rojizos, las Brumas de Avalon (así lo llamo yo a un tramo que siempre está lleno de niebla, y pienso que podría ser Escocia), tengo unos paisajes durante 20 minutos... Increíbles.

Quizá hay muchas más cosas, pero que se me ocurra, sólo hay estas. Mi día a día no es muy emocionante. Pero no pido más...