miércoles, 29 de octubre de 2008

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No es fácil expresar lo que quiero decir.
Ante todo, lo más importante: "no todo es relativo". Es decir, creo que en esta vida debemos tener 3 o 4 cositas claras e inamovibles. Pero sólo 3 o 4. Las más importantes. Lo demás, mucho me temo, que sí que es relativo, u optativo, u... lo que sea.
Lo pensaba esta mañana: el peligro que tenemos, a veces, de juzgarlo todo bajo nuestras pequeñas gafitas que, sin querer, acortan la visión de la vida, que puede ser amplia y maravillosa.
Veréis qué anécdota tan curiosa:
Conocí una vez a un religioso "artista". Tenía el pelillo largo, las gafitas de John Lennon... era un tipo genial.
Me enseñó sus obras: hacía pintura, fotografía... Y curiosamente, algunos eran desnudos femeninos.
A mí me chocó. Debí de preguntarle algo al respecto, y él me contestó:
"Es más fácil quedarse dentro de una jaula, donde nunca te saldrás de la norma... Es más difícil salirte de esa jaula, donde es cierto que puedes caer... pero también podrás volar".
Me "obnubiló" con su argumento, y pensé que tenía razón.
Meses, o años, no recuerdo, más tarde, supe que aquel religioso había abandonado su congregación.
Aquello me dió pie a pensar en los riesgos de volar demasiado alto. Tan alto que la caída puede ser mortal.
Aún así, sigo pensando que hay que intentar volar. Y sobre todo, volar al lado de los que no piensan como nosotros. No diciendo "amén" a todo, del estilo:
"Qué guay, tía, que te hayas divorciado".
"Qué chupi que te líes con ese que juega contigo".
No.
Pero sí pensar... ¿Por qué se ha divorciado? ¿Qué pasa por su cabeza, cómo estará sufriendo, cómo puedo estar a su lado? Y comprender, incluso, que quizá no le quedaba otra solución.
o ¿por qué mi amiga se pone a tiro de cualquier tipejo que se le acerque? ¿Qué piensa de sí misma, cómo se queda después...?
A eso le llamaría yo volar.
No juzgar, no aplastar...
Ni mirarlo todo con mis gafas de ver de cerca, que no me dejan ver lo que hay alrededor.
Puede resultar complicado, y creo que de hecho, lo es. Se corre el riesgo de caer...

6 comentarios:

Carolina dijo...

"Yo voy a desplegar mis alas aunque peligre,
aunque yo me caiga,voy a alcanzarlas nubes y besarlas"
Maná "Tengo muchas alas"

Cuando comenzamos el vuelo siempre corremos el riesgo de caer, pero un ave que no vuela, no es un ave.

Creo que sólo podemos ser nosotros mismo si despegamos nuestras alas y arriesgamos...volaremos, unas veces más alto y otra más bajo, caeremos, habrá impactos brutales y otros que apenas notaremos, pero...¿seríamos nosotros sin esas caídas?

Cada caída me hace ser más yo, cada error me ayuda más a descubrir quien soy y que es lo que quiero.

Y un día seremos el águila que vuela alto y todo lo observa...

BEsotes.

PD: Igual ne he "rayado" un poco, pero me iban solos los dedos...

Anónimo dijo...

Es dificil comentar esta entrada, xq considero que te has explicado muy bien sobre un tema en qu es dificil explicarse.
Creo que x supuesto hay q atreverse a volar, xo hay q tener muxo cuidado xq fuera de la jaula las cosas estan mal y puedes caer. Y lo digo x propia experiencia.

Historias del Metro dijo...

Tenéis razón las dos... Carolina y Eva.
No creo tener la última palabra, porque todo tiene sus matices y siempre habrá gente con más experiencia que nos de cien vueltas...
Es muy complicado encontrar el equilibrio entre la libertad (volar), y el quedarse en una jaula, por miedo a caer...
Volar es "vital", diría yo... Casi como respirar. Pero creo que tampoco podemos nunca perder de vista que hay caídas que dejan cicatrices que difícilmente se curan...

Anónimo dijo...

¡Hasta las aves tienen que aprender a volar!

Es importante que los padres enseñen a los hijos a lanzarse con prudencia, atreverse con arnés. Y que no importan los golpes, siempre se vuelve a casa.

Lo importante es que sea uno mismo el que se pone los límites, porque está convencido de que se los debe poner. Al igual que al asumir riesgos, no se debe asumir cualquier riesgo, sino aquel que va a producir grandes beneficios, aquel que nos lleva a la meta que queremos llegar.

Andrés Cárdenas M. dijo...

Cuando empecé a leer y vi lo del religioso ya pensaba un comentario en desacuerdo. Por suerte después le diste la vuelta de muy buena manera. Sí, también hay que saber qué es volar y qué es la jaula. Yo no me siento en necesidad de salir de ninguna jaula, las normas te dan alas para volar. si él se sentía encerrado por las normas y se creía el gran ave por salir de la "jaula", era evidente lo que iba a pasar. Volar alto me parece de lo mejor, pero hay que estar seguros, no solo confiarnos de nuestras alas, sino ver el viento, las demás aves, tiempos para descasar las alas, tiempos para ejercitarlas.

Luis y Mª Jesús dijo...

Que post más estupendo!. Tienes una cabeza muy bien amueblada, es un gusto encontrarse con personas como tú.
Hace dos años un compañero que está en comisión de servicios me pidió que atendiera a las visitas. No me gustaba mucho la idea, pero no podía decirle que no. Me propuse intentar ponerme en el lugar de cada uno de los que venía a verme y considerar que su asunto era el mío. Ha sido una experiencia verdaderamente enriquecedora. No siempre he podido resolver todo, pero al menos lo he intentado y he sentido el agradecimiento de los que esperaban un funcionario poniéndoles obstáculos.
Como eres escorpio -como yo- tu cumpleaños está al caer, así que FELICIDADES.
Un beso
María Jesús