viernes, 8 de febrero de 2008

Las flores de mi ventana

Dicho así, me puedo imaginar que me asomo al balcón de mi casa y que tengo enfrente el mar. Que respiro hondo y mis pulmones se llenan de humedad, de aire con sal y olor a libertad. Me puedo imaginar que tengo un montón de macetas a mi alrededor, y de paso que están llenas de flores de colores muy vivos. Puedo imaginarme que cada día, al salir de casa, miro hacia el horizonte y no se acaba, porque no hay edificios delante, ni coches, ni el pequeño patio que siempre huele a tortilla o a filetes.
Hoy, no todos los días, pero hoy sí, hay flores en mi ventana.
Son las flores de la sábana de la vecina de arriba, que la ha tendido, bien extendida para que se seque bien, ¡ole así, señora! Claro que sí, hombre. La sábana ha ocupado toda mi ventana, y ahora un festival de colores setenteros inunda este pequeño despachito.
Llevo dos días encerrada en casa con fiebre. Comienzo a tener claustrofobia.
Menos mal que puedo asomarme al balcón y ver el mar...

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