jueves, 29 de noviembre de 2007

Soñando en el metro, naturalmente

El otro día vi, por tercera o cuarta vez, la película "Love, actually". Si digo que es mi película favorita, probablemente estaré quedando como una simple. Quizá lo sea. Pero lo cierto es que se trata de mi película favorita. La vi junto a mi novio, al que le super-encantaba hasta que comenzó a roncar.
Love-actually es una de esas películas que te presentan un mosaico de historias independientes, pero, al mismo tiempo, relacionadas de una u otra manera entre sí. La estética es muy inglesa y el ritmo muy americano, los actores son guapos y conocidos, y no es el paradigma de la moralidad, pero es mi película favorita para soñar un poco, e irme a la cama con una sonrisa.
En una de las historias, un joven descubre que su mujer le pone los cuernos con su hermano, y se marcha a una preciosa y destartalada casa de la Provenza francesa a escribir, pues ése es su oficio. Suena la canción "Alone again, naturally", mientras él dice: "Sólo otra vez, naturalmente". Por eso he titulado así la entrada. Y con toda esta introducción, aún sin saber nada de blogs, creo haber agotado el límite de la paciencia de los poquitos lectores, tan amables y cariñosos siempre, que se acercan de vez en cuando hasta aquí.
Realmente quería describir al hombre que el otro día me hizo soñar en el metro. Qué mal suena esta frase. Pero no, dejad que me explique.
Llevaba un instrumento musical en una funda rígida negra, llena de pegatinas. Yo diría que era un saxofón. Las pegatinas parecían describir una vida llena de viajes a lugares lejanos como Nueva Orleans, el Caribe... garitos perdidos en lugares donde la música se valora de otro modo, donde se escucha más bajito para facilitar a las personas conversaciones diferentes, llenas de palabras amables y lejanas.
Pensé que su saxofón habría recorrido medio mundo. ¿Habría llegado a África? ¿Habría llegado a tocar, quizá, en alguno de esos bares de carreteras de tierra roja, construidos con hojalata? ¿Quizá se habría recluído durante años para aprender de los nuevos piratas de los mares del Sur, vividores sin oficio ni beneficio, más que la bebida y la música, esa música que nunca se escucha en este país..?
Es curioso. Hace años me hubiera enamorado de alguien, tan sólo por llevar un saxofón lleno de pegatinas de distintos lugares del mundo. Hoy sigo suspirando por todos aquellos lugares que no conozco, donde las personas te desconciertan y te hacen ver la grandeza y disparidad del ser humano... Pero yo me quedo con mi novio -marido dentro de unos días-... que ronca cuando yo empiezo a soñar despierta, pero que es tangible como una mañana de domingo, una mañana llena de abrazos y de realidades...
Qué bien tenerle a él para bajarme de los sueños a la tierra que él ama y de la que yo tengo tanto que aprender...
Yo seguiré soñando, siempre. Él lo sabe y me quiere así. Sinceramente, eso es mejor que el viaje inolvidable a los mares del Sur... "Así es el amor, en realidad"... como dice mi película favorita. Imperfecto, humano, exigente, terrenal. Maravilloso.

8 comentarios:

chita dijo...

Mi marido y yo siempre hemos sido muy soñadores ultimamente esta un poco oxidado pero no le cambio por nada

Ludmila Hribar dijo...

Si un poco largo ;) pero bonito! y sobre todo muy humano. Asi somos y asi debemos ser: compartiendo sueños aunque el otro a veces se duerma ;) aceptandonos.

Anónimo dijo...

La entrada te qued� muy linda... Y felicidades por tu pr�xima boda! Mis mejores deseos para esta nueva etapa.

�Love actually?�En serio? No te pega nada. Me parece que es una peli un poco marrana, �no? Tal vez es que soy un poco puritano.

Historias del Metro dijo...

Qué fea la palabra "puritano", y (perdón)odio la palabra "marrana/o"... En todo caso, si crees que la película es así, no deberías excusarte... Si te dices "puritano" le restas autoridad a tu opinión... ¿no crees?
Sí, la película tiene una escena que sobra. (La típica escena que "parece" que todas deben contener para salir al mercado...) Ya dije que no era el paradigma de la moralidad... Pero me parece que no es justo tacharla de la lista, es bonita, alegre y bastante positiva... La muchacha que protagoniza la escena subida de tono renuncia a tener una vida normal para cuidar de su hermano enfermo... Algo que a la gente le hará pensar...
No me gustan las escenas subidas de tono, ni mucho menos, pero me da pena que discriminemos una película con tantas cosas buenas por una escena. Creo que si vivimos de esa manera nos estamos cerrando muchas puertas al mundo que nos rodea

Anónimo dijo...

¿Para cuándo es la boda? ¿Dónde? La verdad me encantaría aparecer por la iglesia y ver la cara de la misteriosa contadora de historias
Carol

Enrique Monasterio dijo...

No sé dónde estás ni cuándo volverás a tu blog, pero quiero felicitarte especialmente.
Os encomiendo mucho a los dos

chita dijo...

feliz año nuevo

Anónimo dijo...

Te invitamos a nuestra colmena, a leer, escuchar, en definitiva, a compartir.

Feliz 2008

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