lunes, 5 de noviembre de 2007

Gente que ayuda

Hoy un amigo me ha hecho un favor. Ha sido un favor gordo," detalloso", cariñoso, útil, oportuno, discreto, laborioso... Y yo estoy tan agradecida que me pasaría la noche buscando adjetivos al detalle que ha tenido conmigo.
Me vió preocupada, y me ayudó. Con sencillez y cariño. Toma ya, me ayudó. Y no tenía por qué hacerlo. Simplemente, lo hizo.
En unos Ejercicios Espirituales, a un amigo mío le tocaba madrugar todos los días y despertar al personal puerta por puerta. Me contó que, durante todos los Ejercicios, un amigo suyo estuvo levantándose con él, y ayudándole a despertar a la gente. No tenía por qué hacerlo: no era su encargo. Pero lo hizo. Toma ya, también.
Una vez me fui de excursión varios días con amigas. Estábamos en habitaciones dobles. Una de mis amigas, cuando nos dábamos cuenta, nos había hecho las camas a todas. Lo hacía con sencillez, y con una sonrisa. Como quien hace cualquier cosa sin importancia. Y vaya si tenía importancia. Menuda lección nos dió a todas. Seguro que ni siquiera es consciente de aquello. Pero a mí nunca se me olvidará.
El favor que me han hecho hoy me ha cambiado un poquito.

4 comentarios:

Ludmila Hribar dijo...

Bien por tu amigo y no busques adjetivos pues no los encontrarás el gesto de un amigo es sencillamente eso: el gesto de un amigo.

Lucía dijo...

Es algo reconfortante

Anónimo dijo...

Qué bonito. Escribes "muy entrañable". Gracias.

Anónimo dijo...

Esa amiga tuya es una santa!