viernes, 28 de noviembre de 2008

Cara a cara



Ayer me pasó una cosa muy rara.
Como casi todo lo que me pasa "raro", tuvo lugar en el bus, que es donde más pienso, junto con el metro.
De repente me entró una necesidad terrible de mirarme a mí misma sin caretas, ni disculpas. De juzgarme, no más duramente que otras veces, pero sí más sinceramente. Lo más sinceramente que fuera capaz.
La sensación no fue muy duradera, pero sí lo suficiente como para darme cuenta de alguna cosa.
Me pregunto si me sucederá más veces.

6 comentarios:

maria jesus dijo...

Si, pero ten cuidado, uno con uno mismo, suele ser inmisericorde y no suele ser para tanto

Luis y Mª Jesús dijo...

Te pasará, seguro, el autobús es un lugar para pensar, yo estuve viajando 16 años a Astorga 5 días a la semana y fue muy provechoso. Con el tiempo soy más misericordiosa conmigo misma y con los demás. Al final de la semana te escribo con información.
uN BESO
María Jesús

Luis y Mª Jesús dijo...

creeme esa mismisima sensacion la he tenido yo, es como un instante, un relampago, en que te ves pero no puedes mantener la atención por el vertigo que se despierta y porque es una dirección a la que no estas acostumbrado a mirar.... y quieres volver a tenerla

Luis y Mª Jesús dijo...

era Luis en el segundo
q tal la criatura?

Anónimo dijo...

Tal vez lo que necesitas es hacer unos ejercicios espirituales (o curso de retiro). Afectuosamente,

M.

Historias del Metro dijo...

Gracias, M.! Hago Cursos de Retiro todos los años... pero curiosamente, por estas fechas debería hacerlo ya!
Luis y Mª Jesús, María está preciosa... con unas digestiones horribles, pero más bonita... Mañana la llevamos al médico, (otro). Dicen que un médico cura, y que dos matan, o algo así... y empiezo a creerlo, cuantos más médicos consultamos, más confundidos estamos!