miércoles, 9 de abril de 2008

Lo que venga, vendrá bien

"Lo que venga, vendrá bien", le dijo mi marido al médico. Y tanto el médico como yo nos quedamos callados, pensando que no podría haberse dicho mejor.
Voy a tener un bebé. Lo sé desde el día de San José. Sí, algo tan bonito no podía conocerse en un día cualquiera. San José me cae bien. Siempre discreto, siempre servicial, pero atrás, como en un segundo plano.
Y sí, lo que venga, como sea, quien sea, de la forma y el color que sea... será lo mejor que nos podía pasar. El otro día escuché a alguien decir que si un hijo llegaba con alguna deficiencia a una familia, era porque Dios quería particularmente a esa familia. Les confiaba a una personita muy especial y era una manera de decirles lo mucho que esperaba de ellos.
Yo no puedo evitar desear que mi bebé esté sano y sea fuerte. Y sea mil cosas más que desearía para él, a quien quiero con una ternura que nunca antes había experimentado.
Pero también sé que aunque naciera de mí un monstruito, aunque tuviera 5 brazos y 3 ojos, sería mi hijo siempre, el mío y el de mi marido, y seguro que no habría nadie más bonito que él. Lo que venga, vendrá bien, porque será lo que Dios quiso para nosotros desde... bueno desde quién sabe cuándo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu hija (porque será niña) será rubia como tú. Porque eres rubia, ¿no?
¡Felicidades!
el profeta de Chamberí.

Historias del Metro dijo...

sí, soy... rubiales, diría yo!
oye profeta de Chamberí... busco casa por tu barrio! jeje
pero qué caro es todo!

Anónimo dijo...

Enhorabuena rubiales :-)

Me alegra un montón la buena nueva. Que lo disfrutéis!