jueves, 12 de julio de 2012

Tres años ya...

El parque Isabel La Católica

Llevo ya casi tres años en Asturias. ¡Qué vida tan diferente a la de Madrid!
Al principio, todo me parecía muy pintoresco. Y eso que me crié aquí. Pero aún así, me sonaba gracioso el acento, me parecía curiosa la forma de hablar y de comportarse de la gente. Efectivamente, aquí hay un carácter distinto. Los asturianos son bastante baballos, lo cual significa que son un poco brutotes y un poco creídos. Sólo es una pose, y uno acaba dándose cuenta. Normalmente el asturiano hace como que sabe más que nadie de cualquier otra cosa, pero cuando uno asimila esa forma de ser, se encuentra con gente noble, luchadora, buena como ellos solos. Al menos ésta es mi percepción de las cosas.
A lo que no acabo de acostumbrarme es a la belleza de los lugares.
Todos los días salgo de casa a las 7 de la mañana para coger el autobús que me lleve a Oviedo, a trabajar. Cuando salgo, respiro hondo y los pulmones se me llenan de humedad. Enfrente de mi casa, como ya expliqué algún día, hay un jardín abandonado, que pertenece a un antiguo caserón, que aún sigue en pie, aunque completamente en ruinas. En su día pensaba que era un convento, pero con el tiempo y unas cuantas conversaciones con la madre de una amiga, me enteré de que allí vivió un hombre soltero y muy adinerado. La casa estaba llena de obras de arte. Los toreros famosos que llegaban a torear a la ciudad se hospedaban en aquella casa. Hoy es una ruina. Pero su jardín... qué maravilla de jardín abandonado. La humedad ha dado lugar a una especie de selva caótica, con árboles gigantes, malas hierbas del tamaño de una persona, flores silvestres... Todo en mil tonalidades distintas de verde chillón.
Es lo que me encuentro en primer lugar cuando salgo de casa. Miro enfrente y vuelo un rato por encima de la acera. Quizá la que vuela es mi imaginación. En casa dejo a tres personitas roncando. Ya me he acostumbrado a moverme como si fuera un ladrón en casa ajena. Corro a por el autobús y voy dejadores atrás, a ellos y al jardín abandonado. Continuará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he quedado con la boca abierta con tu entrada,hace más de un año que entraba y tu no decías nada. ¿y las niñas? de la pequeña no hemos sabido nada. un saludo.CORDRBESA