martes, 20 de octubre de 2009

Parejas extrañas y falta de oxígeno



Alguna vez he explicado que los descubrimientos "artísticos" me ensanchan los pulmones. Yo sé que esto, así dicho, puede resultar incomprensible, pero es una realidad que psicológicamente puedo explicar. Necesito aire para respirar y una canción puede darme todo el oxígeno que no consigo cuando me quedo demasiado encerrada entre los vagones del metro de cada día...

Hace tiempo decidí que me gustaba Woody Allen. Me vi "Misterioso asesinato en Manhattan", "Annie Hall" y alguna que otra peli de las últimas, poco convencionales y más bien anodinas. Me pareció hilarante su hipocondria, acepté su egocentrismo y consideré que tenía un morro como una catedral, y que desde esa óptica asumiría el desastre de las relaciones amorosas que trata.

Cuando se estrenó "Vicky, Cristina, Barcelona", un compañero fue a verla al cine. Regresó diciendo (literal) "este tío se ha vuelto un viejo verde". Me quedé con aquella frase, y nunca se me ocurrió ir a verla.

En cambio el otro día, en el tren de vuelta a Madrid, nos la pusieron. Me acordé de aquella frase, pero al mismo tiempo me dispuse a ver algo diferente, un pequeño soplo de originalidad, algo distinto, que siempre, siempre necesito.

Y no me encontré con un viejo verde. Me encontré con un tipo desarmado, sin argumentos, sin corazón, y con una ensalada mental de las que no quisiera yo jamás en mi vida. Las relaciones que describe son absurdas, vacías y dolorosas. Tan absurdas y vacías que engendran violencia... o apatía. Tan pronto aparece un trío, como se quieren matar; tan pronto se abandonan, como se adoran...

Me quedé vacía y dolida. Hay arte que me aporta oxígeno, y hay otro tipo de arte que me ahoga.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Woody Allen es así: genial o absurdo.
Por eso es bueno informarse sobre la película sin fiarse del director...
Yo no he visto Vicki Cristina Barcelona por lo mismo que tampoco he visto Los abrazos rotos de Almodovar...porque no me gusta como tratan algunos temas.

Luis y Mª Jesús dijo...

Me gusta el cine de la época de Gary Cooper que buscaba fomentar valores como la integridad de aquel hombre que se permanece solo ante el peligro, pero la mayoría de las películas que se proyectan desde hace unos años se dedican a segar valores o a encumnbrar el cuerpo velando la persona. Será porque me gusta mucho mas la antropología que el cine pero...
Un beso

María dijo...

He aterrizado en tu blog vía mozambique, y no encontraba palabras para agradecerte cada una de las entradas que he leído, por lo que lo he hecho sólo internamente (que no es forma de agradecer).
Pero al leer ésta me pregunto: ¿protestaste por la proyección de esa película en un tren autorizado para todos los públicos?
Yo no la he visto pero unos amigos que fueron a Madrid con sus hijos para la manifestación por la vida se la tragaron de vuelta.
No hay más remedio que protestar. Además es muy eficaz porque lo hace mu poca gente y las pocas proptestas que les llegan tienen mucho poder de representación.
Gracias por tus historias. María