Cuando pensé en escribir un blog, creí que sería interesante describir a las personas y las historias con las que me encontraba todos los días, en el metro, camino del trabajo. Hace un tiempo, pude sustituir al metro por el mar y las montañas. Pero la gente sigue ahí, y las ganas de contar historias, reales o no, también.
lunes, 8 de junio de 2009
Querida María
Te abriste paso a la vida sin permiso de la ministra... Llegaste con más pelo que verguenza, tus ojos hinchados, tu llanto inconsolable, tus abrazos de monito adorable.
Me quisiste porque sí, no me pedías nada más que "estar". "Quédate a mi lado", parecías decirme. "Abrázame", aliméntame, que no te costará ni un duro, lo que más me gusta es "de gratis", no necesito que te gastes dinero en mí, no necesito ropita cara, ni una habitación ideal... Sólo quiero que "estés". "Te necesito", parecías decirme a cada momento.
Llegaste y me cambiaste la vida de un plumazo. De repente las cenitas interminables con amiguetes, mis compras y mis posesiones pasaron a un segundo plano... Hasta mis niños africanos pasaron a un segundo plano porque todo de repente se reducía a ti. Mis viajes, mi independencia... esa querida independencia por la que nunca le daba explicaciones a nadie... ¿Dónde quedó?
Hoy tu madre sigue dando palos al aire, tú pareces saberlo todo y yo sigo sintiéndome más recién nacida que tú.
Creces a la velocidad del rayo. Haces como que sientes verguenza, te chifla sentirte amada sin más motivo que el hecho de que seamos tus padres. Si cantamos, te ríes, si nos besamos, nos miras como aprendiendo cada uno de nuestros movimientos, y si en algún momento discutimos, te quedas muy seria escuchando, y en tu silencio advertimos un reproche que va más allá de todas nuestras diferencias.
Querida María. Me has dejado sin vida social... Pero has abierto una veta interminable de sentimientos, de palabras, de motivos por los que querer, incluso odiar -y esto último en el fondo es de risa... ¿quién diría que tu madre, pánfila de profesión, se volvería una fiera cuando tocan a su niña?-.
Te quiero.
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5 comentarios:
Bonita historia. Yo tengo también unas cuantas. :)
Lo que a mí no me ha sucedido es eso de renunciar por ello a la vida social. Estar con ellos es conocer otra forma de relacionarme con otros "seres vivientes". Y el círculo de amigos ha cambiado.
¡MADRE! ¡QUÉ ALEGRÍA QUE DAN!
Enhorabuena por vuestro bombón.
Hola¡¡
! Cuánto tiempo sin escribir por aquí y como ha crecido al pequeña María! Está preciosa...menos mal que no pediste permiso a la ministra, merece la pena toso sacrificio por ver al sonrisa de esa niña.
Besos
...y uno muy gordote para María
Hola¡¡
! Cuánto tiempo sin escribir por aquí y como ha crecido al pequeña María! Está preciosa...menos mal que no pediste permiso a la ministra, merece la pena toso sacrificio por ver al sonrisa de esa niña.
Besos
...y uno muy gordote para María
Me ha encantado. Y así toda la vida.
Yo descubrí "mis pensamientos alegres" a la 4ª, me alegro de que tu lo hayas hecho a la 1ª.
Muchos besos.
te escribo un correo
En al menos uno de esos diarios gratuitos que de distribuyen en las ciudades, leí ayer (16/06/2009) unas escuetas líneas.
La petición de pena para una madre (20 años) que dejó solo a su hijo (2 años) para irse de fiesta...
Y... yo no sé.
No sé qué mueve a una joven de 20 años a primar irse de fiesta versus quedarse en casa pendiente del sueño de su hijo.
Pero tampoco sé por qué esa mujer optó -a Dios gracias- por tener a su hijo en lugar de asesinarlo (lo que no le hubiera supuesto, curiosamente, pena civil alguna).
Ni se -tampoco- por qué no tenía con quien dejar a su hijo para poder "salir". Ni si quiere o no quiere ni qué quiere...
Pero tengo muy claro, joven madre, que algunas personas vamos a partir de este momento a rezar por tu hijo!a y por tí.
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