jueves, 29 de mayo de 2008

"Vivir en pecado"

En este "retiro obligado" en el que me veo desde hace semanas, me he aficionado a leer algún que otro foro. Son iniciativas estupendas que versan sobre los más variados temas, desde belleza a decoración, salud, cocina, embarazos, psicología... Evidentemente, el público es aplastantemente femenino. Yo no me escapo a mi propia forma de ser. Tengo un corazón de maruja como un piano de grande y me encanta leer sobre ese tipo de cosas.
Hace poco, una de las responsables del portal en el que se encuentran los foros, comentó que estaba pensando en escribir para la revista digital mensual un reportaje sobre "La casa antes de la boda". Y nos pidió a los lectores que diésemos nuestra opinión sobre qué era necesario, y qué no, tener en una casa cuando te vas a casar.
Todo el mundo comenzó a escribir. Lo cierto es que el lector medio de este portal, además de ser mujer, tiene entre 25 y 35 años, y la mayor parte tiene novio, está recién casado o tiene planes de boda. Cuando comencé a leer las intervenciones, me di cuenta de que en un 70% las chicas comenzaban diciendo: "Llevo viviendo con mi novio varios años, así que ahora que nos vamos a casar, no necesitamos prácticamente nada, pues tenemos de todo...". Y otra repetía: "De momento vivimos juntos, y no tenemos pensado casarnos. De todas formas, en la casa tenemos esto, y lo otro..." Y así una tras otra.
Yo pensé que aquella era una buena ocasión para contar mi experiencia, que además podía ser útil porque mi marido y yo vivíamos solos antes de casarnos y nos sucedió algo que yo creo que cada vez es más común, y es que, en vez de tener que comprar cosas cuando nos casamos, tuvimos que desechar porque teníamos dos "ejemplares" de cada: dos aspiradoras, dos fregonas, dos camas, dos sofás... Además, me pareció bueno, ya que nadie tenía ningún pudor en decir cómo vivían, contar que nosotros preferimos esperar hasta casarnos para vivir juntos, pues para nosotros el matrimonio era muy importante. Así alguien podría leer que aún había gente que pensaba como yo... Mi forma de ser, y la de muchas otras personas que yo conozco, tenía también que estar representada allí!
Así lo hice. La verdad es que, yo sé que un foro en Internet no es muy representativo, y que hay bastante gente como yo... Pero lo cierto es que al publicar mi historia pensé: "Qué rara les voy a parecer".
Una de las chicas que contaba su historia, probablemente para hacerse la graciosa, decía "Yo vivo en pecado con mi novio desde hace años... y ahora que nos vamos a casar..." A mí, lejos de hacerme ninguna gracia, me dio qué pensar. Aún cuando no lo creyera, nunca diría "vivo en pecado", ni siquiera para hacer la gracia...
La periodista acaba de publicar su reportaje.
Evidentemente, lo enfoca como los demás. "La mayor parte de las chicas viven en pecado", dice, tan ligera. Y dale con el pecado ¿Tan poco respeto les produce nisiquiera la palabra "pecado"?
"Aunque todavía quedan conservadores que siguen respetando la costumbre de estrenar convivencia y alianzas, la tendencia a 'vivir en pecado' se ha extendido como la pólvora". La rara del grupo, soy yo. Ya lo adelanto. De unas cincuenta o más intervenciones, nadie pensaba como yo, que al parecer soy una conservadora que respeto una "costumbre".
Lo gracioso es que después la periodista utiliza una buena parte de mi intervención en el foro para su reportaje. Ya lo sabía. Yo soy periodista y sé cuándo digo algo útil. Y ella es periodista y sabe cuándo hay algo útil...
En fin. Yo seguiré participando. Si la gente no tiene pudor, yo debería tener menos aún.
Ah, por cierto, por si alguien quiere leer el reportaje, sólo tiene que pulsar aquí:

http://www.estiloyhogar.com/soluciones/ideas/index.cfm?pagina=soluciones_ideas_075_075

martes, 27 de mayo de 2008

No, no me he muerto

No me he muerto, sólo estoy enterrada... durante un mes. Quién sabe si cinco meses más. Mi pequeño , del tamaño, por ahora, de una naranja grandota, quiere hacerse el importante y que me ocupe de él a todas horas. El médico ha dicho que si es capricho del bebé, que no puede desoírse, pues es demasiado pequeño como para no hacerle caso, así que aquí estoy, el el barrio donde nunca creí que viviría, sin casi salir de casa.
No es que me importe especialmente. De hecho, si alguien me asegurara que nunca más iba a ver una cucaracha, seguiría ejerciendo encantada de ama de casa-lectora de libros-participanta en foros.
Cuando era pequeña e iba al colegio, mi universo era aún menor que éste. Mi casa, mis padres, el cole, el piano. Sin embargo, mi corazón tenía tantas ganas de inmensidad, que mi imaginación bastaba para darle cuerda y que la maquinaria funcionara a todo gas, como si realmente fuera la intrépida reportera de guerra que siempre quise ser; la bailarina, la actriz, la eterna viajante, la misionera en África... Sólo mi imaginación bastaba para sentirme libre en lo que yo veía demasiado pequeño para mí.
Hoy, cuando me paso la mayor parte del día sola, recuerdo aquellos años e intento utilizar la misma técnica para liberarme del pequeño "ecosistema" de mi cocina, mi salón y mi despachito. Pero no sale exactamente lo mismo. Mis sueños son difusos. No es que no adore mi realidad. Sé que supera con creces cualquier sueño no cumplido. Es tan real que es demasiado emocionante para verlo de frente... Ser una esposa, tener un hijo, seguir trabajando, y desear tener más hijos... Realmente ¡es una montaña rusa, imprevisible! Habrá muchos a quienes les parezcan irónicos mis comentarios.
Lo cierto es que probé a ser misionera en África... probé a ser reportera intrépida... probé muchas cosas que escandalizarían a muchos... Y no encuentro nada con más "peligros" y emociones que esta vida tan aparentemente tranquila. Y no lo digo por las cucarachas...