miércoles, 6 de enero de 2010

No...

No, no me voy. Vuestras palabras de aliento y vuestra presencia, aunque sea silenciosa -como la mía tantos días- me ayudan a querer compartir con vosotros todas las historias que van pasando, bajo tierra o en la superficie. Y dentro de poquito, a la orilla del mar...
Además, gracias a este mundo blogguero, hasta he podido hacer algún que otro amigo. ¡Qué más puedo pedir!
¡Gracias!

2 comentarios:

Maktub dijo...

no te vayas..que aunque nosiempre comentemos, te leemos!=D

María dijo...

¡Qué alivio! me gustan tus historias.
Te aseguro que saldrás de esto mejor que estabas. Todo es para bien. Es sólo cuestión de tiempo.
Aprovecha este tiempo para disfrutar de tu maternidad. Yo también me quedé en paro cuando nació mi primer hijo. Me indigné porque era una discriminación como una casa: (hoy me habría forrado pero de eso hace 18 años). Estuve 7años sin trabajar y tuve otros dos hijos. Hoy de nuevo trabajo y he tenido otras dos hijas, doy garcias a Dios por terner trabajo (con 5 hijos es casi imprescindible que trabajemos los dos) pero también le doy gracias por los 7 años que me dio para criar a mis 3 mayores. Voler a la oficina y dejar en casa un bebe de 16 semanas es durísimo.