Mientras pensaba en esta tontería, el autobús se paró justo delante de un banco, y pude ver a lo que llamé para mí "el primer chino indigente" que había visto nunca.
Salía del cajero, delgado, alto, con cierto porte. En una mano sostenía un cartón. En la otra, un anorak y una bolsa del Corte Inglés. Empezó a caminar calle abajo con cierta dificultad. Pero su aspecto, bastante cuidado para lo que podría suponerse en la ocasión, me llamaba especialmente la atención.
Como trabajo en el centro de la ciudad, estoy más que acostumbrada a ver a personas que duermen en la calle. Este hombre tenía una prestancia desconocida.
Yo creía que la comunidad china inmigrante se cuidaban y protegían unos a otros. Se ve que no tengo ni idea...
3 comentarios:
Tampoco yo he visto nunca un chino mendigando.
Has vuelto con fuerza y con inspiración, ¡ojalá continúe!.
Besos
ni yo tampoco he visto mendigar a un chino, pero todo se verá...
Pues si que es raro y me llama mucho la atención. Pero quizá esto sea la punta del iceberg que nos intentan ocultara con falsas palabras.
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