Cuando pensé en escribir un blog, creí que sería interesante describir a las personas y las historias con las que me encontraba todos los días, en el metro, camino del trabajo. Hace un tiempo, pude sustituir al metro por el mar y las montañas. Pero la gente sigue ahí, y las ganas de contar historias, reales o no, también.
jueves, 18 de junio de 2009
Ayer hacía un calor pegajoso e insoportable en Madrid. El asfalto y la polución enjaulan a los que andamos por el medio, haciendo muy difícil incluso dar un breve paseo para estirar las piernas después de una jornada entera sentados frente al ordenador.
Al salir de trabajar, buscando siempre la sombra, llegué a coger el autobús que me llevara a mi hogar. Allí, sentada en una de las escaleras del Banco de España, había una chica discutiendo con alguien por teléfono. En seguida me di cuenta de que estaba poniendo punto y final a una relación.
Así como hace poco tuve una temporada en la que siempre veía a alguien llorar en el bus, ahora toca temporada de discusiones. A mí es que me da mucha vergüenza discutir por ahí, y sólo de pensarlo me da hasta pereza, pero debemos de andar estresados por el calor porque se ve a la gente un poco hasta las narices de los demás.
Ayer la chica decía: "vale, pues se acabó. Ya está. Se acabó".
Se la veía muy preocupada, dolorida, nerviosa.
Al cabo de un rato decidí que aquella conversación no me incumbía, y me fui a otra sombra a sudar.
A veces a nuestro lado pasan las cosas más graves o más tristes sin que una sola hoja de un árbol se mueva, sin que nadie mude su gesto, sin que nada pase, más que la pena...
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4 comentarios:
joe, tienes toda la razón.. a veces al que tenemos al lado le está pasando algo que le marcará su vida y no nos inmutamos, por otra parte creo que tampoco se puede estar a todo,sería suficiente que ayudasemos de verdad a los que tenemos al lado y queremos..
He descubierto tu blog porque escribí una historia del Metro y buscando más historias, llegué a tu título.
Te dejo un link para que la veas y hermanar blogs.
http://lacomunidad.elpais.com/a2m/2009/6/20/la-extrana-mujer
Un saludo.
He estado unos días en Madrid y no me extraña que todo el mundo se enfade ¡menudo atasco el viernes a medio día!. También en León la gente está alterada pero ya desde hace mucho tiempo.
Cuando estás embarazada ves cientos de embarazadas por la calle. Si tienes una enfermedad rara de la que nunca habías oido hablar, te enteras de otros que la tienen. ¡No estrás enfadada!.
Besos
Jajaja! ¡Quizá tienes razón, Mª Jesús, y resulta que la enfadada soy yo! La verdad es que no lo había pensado...
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