miércoles, 22 de julio de 2009

De milagros cotidianos

Son las 8:30 de la noche. Está oscuro en la habitación. El ventilador nos da una pequeña tregua cada 2 ó 3 minutos, proporcionándonos una fugaz ráfaga de aire fresco que respirar. 
Primero le canto al oído una canción muy antigua, que me enseñó mi padre, y que a él se la enseñó su madre. Después le hablo muy suave, acariciándole la cabeza y la nuca. Le cuento las cosas del día, nuestras preocupaciones, las mías, que también le incumben a ella, aunque aún no lo sepa. Pedimos protección a la Sagrada Familia, nos acordamos de cada miembro, uno a uno, tranquilamente. Siempre lo mismo, pero siempre diferente; con nuevos matices, con distintos tonos.
Para entonces María ya se ha relajado sobre mi hombro. Su respiración es cada vez más profunda y rítmica. Su mano reposa sobre mi pecho, y yo le sigo susurrando al oído, cada vez más bajito.
La miro, tan plácida y confiada, tan bonita y tan inocente, que pienso que es imposible que yo haya dado a luz una cosita semejante. Y verla dormir, qué cosa tan absurda, me confirma que Dios existe. Es como un pequeño milagro diario. Le daría mi vida entera. Algo tan tremendo, tan inmenso... es un milagro al que asisto cada día.
Con una técnica que voy depurando con los meses, la acuesto finalmente en su cuna, sin que se despierte. Primero el culete, luego las piernas, después la cabecita, muy suavemente.
Se revuelve un poco. Entonces le doy a su osito Barry, una pequeña mantita muy, muy suave. Ella la coge, se la pone encima de la cara, y se termina por dormir. 

3 comentarios:

Ludmila Hribar dijo...

Dulce vida de niña....

MªAngeles dijo...

Es mi ritual diario, cuando todos están dormidos en sus camitas, cada uno a su manera, y respiran tranquilos, y yo les miro y siento tanta paz y amor que todo lo triste se me olvida, sin duda alguna Dios existe, no es nada absurdo, es para mí, el mejor momento del día. Disfrútalo, es un privilegio que tenemos las madres.

Un beso

MªAngeles

Luis y Mª Jesús dijo...

Es una maravilla. Palpo ese milagro cada día.
Besos.